Los valores corporativos son mucho más que una declaración de intenciones. Los valores deben guiar la estrategia de la empresa, la forma en la que aportamos valor a todos los interesados internos y externos. Este concepto tan extendido es con frecuencia poco entendido. Expresar nuestras buenas intenciones no hará que clientes y empleados tengan un vínculo emocional con nuestra misión. Nuestros actos nos definen y no nuestras palabras.